miércoles, 15 de julio de 2009

Acto 15 de Julio: CENTENARIO DE BIGAND - parte 2


Palabras alusivas a la fecha

CONTINUACIÓN DEL ACTO EN LA SALA DE LA COOPERATIVA


Somos hijos de aquellos que fuimos en otra piel aunque en un mismo lugar, somos ángeles de patas cortas y alas infinitas pero invisibles, volando hacia el paraíso siempre tan cerca, siempre tan lejos. O sueños chiquitos con ganas de crecer y caminar libres, somos sombras de unos árboles gigantes, o quizás ellos mismos; somos las hojas que caen en el silencio otoñal y las otras que nacen en primavera, chillando de calor y color, flotando a la deriva y batallando por caer en el lugar perfecto.

Somos esta tierra húmeda por las lágrimas y las gotas de sudor de los llegaron, nos hicieron y se apagaron, somos esta tierra inventada y anhelada, crecida y vapuleada, sentida y llorada, sembrada y cosechada de canciones, amores y pesares, tan nuestra que nos duele, tan nuestra que nos hiere, tan nuestra que nos cobija, tan nuestra que nos nace.

Somos trabajo y trabajadores, somos años de luchas a orillas de la vía, en la llanura insondable, en las chimeneas y en los mil y un oficios que nos forjaron; somos guardapolvos con olor a tinta, con ansias de aventuras y mundos nuevos, y también fotos viejas, en blanco y negro, con entrañables maestras y escuelas que nos legaron la palabra y la nostalgia, el deseo de ser alguien y pertenecer a este pago...

Somos el tren que llegó un día y nunca dejó de llegar, las valijas vacías y los espejos rotos, somos hoy, aquí, aunque alguna vez fuimos de ultramar. Somos aquellas lenguas raras de antes y las cartas que murieron en otros lares pidiendo perdón por nunca volver; somos también de acá, porque el tiempo no para y los cuerpos echan raíces. Somos el agua que llovió un día y nunca dejó de correr, somos el sol que amaneció un día y nunca dejó de salir, somos la noche que oscureció un día el camino y alumbró nuevas ideas bajo la luna. Somos huellas vivas que se desfiguran cada atardecer y toman formas impredecibles cada mañana, somos memoria y amnesia, un péndulo que va y viene, explorando a tientas el presente.

Somos pueblo, este pueblo nos vive y nos envejece. Somos lazos invencibles entre generaciones, entre familias, entre amigos, somos reflejos lejanos de aquellas primeras luces que nunca se cansarán de brillar en los corazones, en los recuerdos, en el paisaje y en las paredes bigandenses. Somos hoy, porque alguna vez no fuimos, somos a partir de aquel día invernal, y a partir de aquel hombre soñador. Somos legado de tantos granitos de arena y de tantos brazos solidarios.

Somos Bigand con todas las letras, morimos y renacemos con él a cada hora, a cada palabra, a cada persona. Somos presentes, ausentes, vivos, muertos, hijos, hermanos, padres, madres, amigos, amores, abuelos, vecinos, camaradas, adversarios, trabajadores, educadores, triunfadores y derrotados, somos todos ellos y muchos, muchos más. Somos como cien años y celebramos, celebramos a TODOS, porque cada bigandense ha marcado con un trazo singular este collage multicolor, porque muchas historias imposibles de contar y muchas personas imposibles de olvidar fueron el cimiento de un SIGLO, EL SIGLO BIGANDENSE...

miércoles, julio 15, 2009