Este lunes 24 de marzo, desde la Comuna de Bigand, queremos adherirnos a las conmemoraciones de un nuevo aniversario de la última y más sangrienta dictadura militar que vivió nuestro país desde 1976 hasta 1983, cuando retorna la democracia. Los años pasan, y la historia va situando las cosas en su lugar, sin dudas, la maduración de la sociedad, las políticas de estado y la educación, y el rol fundamental de los organismos de derechos humanos en el rescate, la concientización, el reconocimiento y la lucha por la cuestión “derechos humanos”, han generado un fortalecimiento de la memoria colectiva y han puesto luz sobre las atrocidades, la violación de derechos humanos, la negación de libertades y la represión ejercida por los militares que llevaron adelante la dictadura.
Hoy es innecesario argumentar y convencer sobre las nefastas consecuencias perpetradas por el golpe de estado, entre ellas, muerte, desapariciones, persecución, censura, violencia, desastre económico, aumento exponencial de la deuda externa, la guerra de “Malvinas” y la lista puede engrosarse… sin embargo, la lucha activa pasa a otros planos. Actualmente la sociedad, el estado y los organismos de derechos humanos afrontan el desafío de seguir iluminando aquellos retazos de historia individual y colectiva oscurecidos y negados, de recuperar identidades robadas y violentadas, de descubrir el velo de la desaparición que cubre el derrotero histórico de tantos argentinos, víctimas de la maquinaria terrorista estatal, y de desenmascarar complicidades civiles y de otros actores de poder, todas cuestiones que deben permanecer en la agenda pública, conservarse vivas en la discusión de la sociedad, y constituyen asuntos pendientes del estado y la ciudadanía.
Porque, esencialmente, como expresa una bella canción de un referente de la música popular, “todo está guardado en la memoria, sueño de la vida y de la historia. La memoria despierta para herir a los pueblos dormidos, que no la dejan vivir, libre como el viento”. Se trata de fortalecer la memoria histórica y colectiva de los argentinos, para poder ser un pueblo verdaderamente libre, con identidad y futuro.